lunes, 17 de julio de 2017

Mi placer, sin culpa



Hace años atrás, un amigo una vez me dijo que era rico tirar por puro placer personal, le pregunté a que se refería ya que, al menos para mi tirar siempre implica placer personal!!! Me contó que es cuando te tiras a alguien sin importar ese alguien, te da lo mismo, es tu instrumento, vas al motel, te lo tiras, te preocupas sólo de ti... te vistes y te vas. Lo mire con cara de asombro, moví la cabeza que no podía hacer una cosa así. 

Un tiempo después siempre me pregunté ¿cómo sería usar a un hombre? Estaba esa inquietud latente, siempre dando vueltas, pero no era más que eso, sólo una inquietud... En ese tiempo de mi vida no estaba pensado actuar de esa manera, como me había insinuado mi amigo....

Y cómo si el destino jugara entre mi clítoris y cerebro, conocí un hombre guapo, seductor y con una cara de caliente que no se la podía. Lo había visto tan sólo 10 minutos, ¡¡¡parecía la víctima perfecta!!! En mi cabeza se hacían cada vez mas insistentes esas ideas... ¿y si me lo tiro sin pensar en nada? ¿sin que me importe si a él le gusta como hago sexo oral, si es capaz de tener uno, varios o ningún orgasmo?... ¿¡¿¡¿y si me lo tiro sin que me importe la raja, lo que él sienta o piense?!?!?!

Finalmente mi curiosidad de “tirar como lo hacen los hombres” fue mas grande. Bastó una mínima señal de él para que yo rápidamente dijera,bueno voy con mi plan.

Llegamos al motel... Estaba nerviosa, no sólo porque me iba a tirar a un hombre al que había visto por sólo 10 minutos, sino también porque quería saber si sería capaz de sacar ese lado masculino que tanta perversa curiosidad me despertaba.



Rápidamente entramos en acción, me sorprendió su delicadeza, él no pecaba de ignorancia sobre mis pretensiones, nuestro juego sobre esas sábanas rentadas, me situaba como una sacerdotisa bajo pena de castración al incumplimiento, por lo que se iba a hacer todo a mi ritmo, a mis tiempos y a mi gusto... Su lengua se paseo por donde yo quise, sus dedos jugaron con mi entrepierna deliciosamente, su boca se apoderó de mis pezones mientras yo sólo me dedicaba a disfrutar, ¡¡¡¡a gozar!!! 

Cuando ya no quise más caricias me subí sobre él, me apoderé de él, me moví sobre él sin pensar en nada más que en mi placer, tuve un orgasmo delicioso, que busqué para mí, sólo para mí.

Me sentía ganadora, el trofeo de mi juego ya lo tenía... Nos quedamos otro rato, de pronto le dije- “Ya no quiero más, vámonos”- tomé mi ropa, conversé un par de cosas sin importancia mientras me vestía y me arreglé el pelo para irme a la oficina y continuar con las reuniones que tenía pendientes. Antes de irme me tomó y me dio un largo y dulce beso, respondí al beso, fue el término de una jugada bien hecha.

Al salir del motel le dije: “chao” su respuesta fue -“¿Me vas a llamar?”, le respondí: “¿y por qué no?”- me alejé del lugar con la frente en alto, libre, espontánea, bien mujer, PERVERSA y sin una gota de ¡¡¡culpa!!!!

PPDD: como me gustaría volver a esos tiempos, de ser perversa, sin importarme nada, solo mi placer, sin culpa!!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario